Pensar con Dios
¿Cómo entreno mi mente a pensar con Dios? Dios ha dado al mundo muchísimas maneras de entrenar nuestra mente, la que más me atrajo fue Un Curso de Milagros. Aún sin saber qué era, sentía que era el camino correcto. Pero al ser mis dudas muy grandes (el ego queriéndome apartar de mi propósito) decidí darme un tiempo y me dije: "Si a los tres meses no noto en mí ningún cambio, lo dejo". A las pocas semanas ya había notado un cambio muy favorable. Por supuesto realicé todo el curso, lo que más me gustaba era poderme unir a Dios (Espíritu Santo/Jesús) cada mañana y, con un solo pensamiento, sentirme acompañada por Él todo el día. Cuando terminé el Curso, el primer día me sentí como perdida, hasta que un pensamiento llenó mi mente: "Lo que pasa es que ahora eres tú quien decide pensar Conmigo, eres tú quien decide estar Conmigo, ya no tienes que repetir una frase en tu mente para poder recordar que estoy siempre contigo, ahora empieza la verdadera práctica".
Cada día me despierto dispuesta a ser verdaderamente útil. No siempre me acuerdo de mi propósito, es muy importante estar atenta a lo que percibo porque todo lo que percibo son mis pensamientos hechos forma y la única manera de que sane mi mente es observar mis pensamientos tal como son para poder distinguir los que son errados y así entregarlos a mi Amigo, y esto no lo puedo hacer si mi mente está en el pasado o en el futuro, por lo que trato de vivir en el ahora, lo que significa que trato de ser consciente del Amor en mi, pues eso es el ahora, Puro Amor. Todo lo demás es pasado (o pensamientos acerca del futuro siempre relacionados con el pasado, con lo conocido). Nada de eso es real, esos pensamientos se me muestran para que pueda verlos con otros ojos, los ojos del Amor.
Sólo cuando estoy en el momento presente puedo escuchar Su Voz, y necesito Su Ayuda para poder ver de otra manera. Cuando me habla necesito compartir lo que me dice porque sé que sólo así comprendo lo que me está diciendo. Me dedico pues a transmitir lo que me dice, tanto con palabras, como sin palabras, a través de mi actitud.
El mundo dice que aquel que enseña sabe, pero no es así, aquel que enseña o bien es un instrumento del ego o bien es un instrumento del Espíritu Santo/Jesús, si es un instrumento del ego entonces cree que sabe y transmite lo que cree saber, pero lo cierto es que sólo enseña ilusiones. Por mi parte trato de mantenerme con mi mente vacía, reconozco que no sé nada sólo quiero ser un instrumento del Espíritu Santo/Jesús, Él habla por mí y yo me mantengo en silencio, parece que estoy enseñando pero es Él Quien en verdad enseña, es Él Quien se comunica a través de mí, yo solo soy Su instrumento. Así es como aprendo. Este pensamiento es totalmente contrario al mundo pero totalmente coherente con la idea de Unidad. Si realmente somos un Único Ser todo lo que damos a los demás en verdad lo estamos dando a nosotros mismos, y si creo ser lo que no soy necesito que mi verdadero Ser opere a través de mi mente para que me indique cómo salir de mi ensoñación.
Así es como pienso con Dios, dejo que sea Él (a través del Espíritu Santo/Jesús) quién hable, ello no quiere decir que no piense sino que todo lo que pienso lo pienso con Él, le pregunto, hablo con Él, o pido Su Ayuda cuando creo necesitarla. Siento que está conmigo en todo momento. Realmente nunca dejamos de pensar con Dios porque somos UNA SOLA MENTE. Al creer estar separada de Dios había creído que mi mente era distinta a la Suya y, por ende, a la de las "demás personas". Pero eso es sólo una ilusión, la ilusión del ego.
¿No te ha pasado comprobar por ti mismo como alguien ha "leído" tus pensamientos? No hay nada de mágico en ello, simplemente has vivido un momento de unión. Lo mismo sucede cuando piensas Conmigo, cuando eres consciente de que estás pensando Conmigo estás experimentando un momento de unión.
Cuando pienso con el ego me siento débil y limitada, siento miedo, siento pura soledad, mi mente se llena de ideas de separación, asocio lo que creo saber con lo que estoy viendo dándole un significado erróneo a todas las cosas y personas, porque creo que lo que sé es lo correcto. Estoy segura de que lo que percibo es lo real porque lo asocio con lo que creo recordar de mi pasado. Mi mente se enreda en el engaño del ego y se pierde, cuando todo es mucho más sencillo. No existe más que este momento. ¡Qué maravilla poder vivir cada día en la confianza de que no sabes nada, no conoces nada, y por lo tanto todo es maravillosamente nuevo y único!
Pensar con Dios es no pensar, es llenar tu mente de Amor y esperar a que Él se manifieste en tu mente. Es ser 100% intuitivo, y, entonces, lo único que haces es disfrutar del viaje porque te sabes cuidado y protegido en absolutamente TODO.
Con Amor y desde el Amor,
SB
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