Nuestro Corazón espiritual
Tengo la suerte de disfrutar de un jardín en el que puedo pasear en estrecho contacto con la naturaleza y practicar con mi Ser. En esos momentos permanezco atenta a lo que siente mi Corazón, sin dar importancia a lo que perciben los sentidos del cuerpo que creo habitar porque, al ser ámbito del ego, me apartan de mi verdadera Identidad. Es decir, si escucho el trino de los pájaros pongo atención a lo que me dice mi Corazón acerca de ese trino. Siempre hay un mensaje que recibir, porque nada hay que no esté conectado con nuestro Ser. No tengo que entender el mensaje, sino sentirlo.
Nuestro Ser se comunica con nosotros a cada instante, pero cuando nos desconectamos de todo lo que nos rodea nos es imposible recibir lo que se nos está dando. He vivido desconectada durante muchos años y aún hoy esa conexión no es del todo fluida. Pero cuando me adentro en la Naturaleza trato de que así sea. Las plantas, los árboles, los insectos, los animalitos, todos me dan el mismo mensaje, simplemente disfruto y agradezco sinceramente esta conexión. Entonces me siento completamente unida a la Fuente del Amor. Entonces es cuando mi visión se expande para ver más allá de lo que los ojos del cuerpo ven.
Todo es Luz, pero las formas separadas que creemos percibir nos impiden verla, a lo mejor puedes ver el contorno luminoso u aura de las formas, pero aún así quizás crees que lo real es la forma y no la Luz. La Luz nos recuerda Quién Somos, y la Naturaleza se encarga de hacer presente esta Verdad. Muchos no la pueden ver porque sólo usan los ojos del cuerpo, creen ser un cuerpo y eso los limita, pero el cuerpo no es más que una ilusión de nuestra mente. La visión de la que hablo es espiritual, ves a través del Corazón energético, o Corazón espiritual.
Tu Corazón espiritual te muestra la Luz cuando estás abierto a la Unidad, cuando sientes esta conexión con la Totalidad y no la reprimes. Es un momento en el que todo está incluido en ti, no sientes nada separado de ti y la Luz emerge solita creciendo en intensidad. Entonces comprendes que tu inmensidad no puede estar limitada a un cuerpo. Esos momentos se viven fuera del tiempo, fuera del mundo, son momentos únicos que duran lo suficiente para abrir tu Corazón al Amor.
En mi caso puedo ver más intensamente esa Luz desde que la luz del Sol se esconde hasta que amanece, por la noche puede ser tan intensa que me es muy difícil ver las formas, es una Luz que no es fija, se mueve, es muy expresiva y cuando la observo recuerdo que eso Somos, Pura Luz, todo es Pura Luz. No existen realmente las formas, pero nuestra mente necesita sanar algo en este mundo ilusorio, es por eso que no nos entregamos a lo que en verdad Somos, necesitamos sanar todo el dolor y sufrimiento que hemos proyectado en el mundo al creer ser quien no somos. Hasta que eso no suceda no podemos realmente Ser Soberanos. La buena noticia es que las virtudes que alberga nuestro Corazón están dispuestas a ayudarnos a que eso sea posible. Empieza sintiendo un verdadero agradecimiento por ser Uno con la Totalidad, no apartes nada ni nadie de esta Totalidad.
La Naturaleza es un puente pero puedes hacer que este puente crezca y lo incluya todo, puedes estar en medio de una bulliciosa ciudad y sentirte conectado con todo y todos y la virtud del agradecimiento es lo que te va a ayudar a enlazar cada parte separada de tu Ser. No sientes agradecimiento por sentirte afortunad@ por tener algo que quizás otros no tengan, sino que sientes agradecimiento porque todos tienen lo que tú tienes, el Amor de Dios. Todos Son lo que tú Eres, el Amor de Dios.
Con Amor y desde el Amor,
SB
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